sábado, 24 de agosto de 2013

Sigüenza está en Castilla, pero no en La Mancha.

Interés: comarcal - regional

Durante estos días la televisión del ente autonómico "Castilla La Mancha", la que más fuerte nos entra en nuestro pueblo, nos ha estado obsequiando con magníficas imágenes de sus provincias.

En el programa "Un paseo por las nubes" hemos podido apreciar el gran número de lugares admirables que hay en estas cinco provincias, incluso mucho mejor que si hubiéramos estado en ellas, pues se ven desde arriba y enfocando puntos donde normalmente no llega la vista del viajero.

El video aquí insertado es una versión anterior. En la nueva hemos oido mencionar que Sigüenza fue en años de esplendor de siglos pasados el "vaticano" de Castilla-La Mancha. Dificil que lo fuera, puesto que "Castilla La Mancha" es un espacio regional creado hace menos de cincuenta años. 

El esplendor cultural, o ecclesiástico, o de la sociedad que habitaba estas tierras en aquello siglos tenía un alcance netamente castellano indivisible, con sus centros importantes en Toledo, Alcalá o Salamanca.

Que Sigüenza tuviera con algunos obispos mucha influencia o poder, no hay duda. Que la demarcación de su obispado iba más allá de los límites castellanos, incluyendo zona aragonesa además de las provincias de Guadalajara, Soria y Segovia también es verdad, pues llegó hasta 1955; pero ceñir la historia de Sigüenza a la actual división política de "Castilla-La Mancha" empobrece a la primera y no da credibilidad a la segunda. 



Castilla es nuestra tierra, y en su Historia es entera, con sus comarcas, con sus provincias, sin límites y siempre en unión con otras tierras al Norte, Sur, Este y Oeste y allende los mares. Quien nos la quiera encorsetar entre límites artificiosos, o reducirla en sus denominaciones a ámbitos comarcales "C-La Mancha", "C-León","la Rioja", "Cantabria", "Comunidad de Madrid"... será porque le vale para sus cortos intereses ideológicos o pecuniarios, pero nos está engañando. Ni en la Historia fue así, ni en el futuro seguirá siendo dividida como ahora, porque como nuestra tierra la sentimos.¿Dividiendo a Castilla también se destruye España?. Pues a eso van unos y otros.

En mi opinión, fue un craso error adaptar la división religiosa, que tenía sus fundamentos comarcales, a la división provincial. Ello trajo consigo que las nuevas diócesis fueran no ya Sigüenza o el Burgo de Osma, sino que han pasado a ser Sigüenza-Guadalajara y Osma-Soria, con el consecuente progresivo desplazamiento de las funciones diocesanas a la capital y añadiendo declive a las comarcas de esas importantes y antiguas ciudades y contornos, disminuyendo al mismo tiempo los nexos de unión entre diferentes comarcas y provincias castellanas.
(*) Declaraciones del Papa Francisco a La Stampa: 

La relación entre la Iglesia y la política debe ser al mismo tiempo paralela y convergente. Paralela, porque cada uno tiene su camino y sus diferentes tareas. Convergente, sólo para ayudar al pueblo. Cuando las relaciones convergen antes, sin el pueblo, o sin tomar en consideración al pueblo, comienza ese contubernio con el poder político que acaba pudriendo a la Iglesia: los negocios, los compromisos… Hay que proceder paralelamente, cada uno con el propio método, las propias tareas, la propia vocación. Convergentemente solo en el bien común.

Enlace de interés: Sierra Celtibérica

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