sábado, 10 de marzo de 2012

Brno, ciudad y universidad.


La Universidad Masarykova de Brno y ciudad de Brno

Brno, capital de Moravia del Sur, región de la República Checa, es una ciudad principalmente universitaria.

Las nuevas instalaciones universitarias de Campus Square (Bohunice) fueron inauguradas en 2010 y están situadas al Suroeste de la ciudad de Brno, cerca de residencias estudiantiles y al lado del Hospital Universitario mas grande de la ciudad (Fakultny Nemocnice Brno), y con los servicios de restaurantes y centro comercial en Campus Square.
 
Hospital Universitario. Campus Square. Brno


Hay bastantes estudiantes "erasmus" españoles en Brno. También hay técnicos españoles trabajando en  AT&T, IBM, y otras empresas. 

No hay vuelos directos a Brno desde España (salvo charter en verano). Los viajes en avión desde Madrid pueden hacerse a través de Londres-Stanted directamente al aeropuerto de Brno por Ryanair. Desde Viena o Bratislava (130 km de distancia) hay autobuses o trenes directos.  A través de Praga  (210km)  por autobús ("Student Agency") o en tren.
Junto al Mahenovo Divadlo (Teatro Mahen). Brno.

Brno es una magnífica ciudad para vivir. Los precios de la comida y del transporte son reducidos comparados con España. La comunicación por medios públicos solo puede calificarse de excelente, haciendo prácticamente innecesario el uso de vehículo particular. La ciudad es tranquila, segura, y la cerveza también de superior calidad. El vino blanco y moscatel moravos también. Eso sí, los habitantes necesitarían un poco más de alegría, porque en el viaje en los tranvías o autobuses parece uno estar rodeado de gentes que vienen de un entierro. Luego, al conocerlos más de cerca, te sorprende la escondida alegría eslava.

La situación geográfica de Brno es envidiable: además de la relativa cercanía a las tres capitales citadas, está cerca también de Polonia y de Hungría. Aconsejo a los interesados ver la descripción de Brno en la Wikipedia.


  La línea 4 del tranvía de Brno recorre el centro de la ciudad. No abunda el coche particular: no se necesita.
Facultad de Estudios Sociales de la Universidad de Masaryk
La sociedad checa, que a veces presume (ignoro con qué intención) de ser una de las más ateas, da muestras de todo lo contrario. Los checos (y también sus primos los eslovacos), además de ser extremadamente respetuosos con toda manifestación cristiana, participan de forma numerosa en las celebraciones religiosas normales, con un fervor externo y un recogimiento que son desconocidos por España. Numerosos crucifijos se encuentran por las calles de Brno, el de la imagen en una calle del centro, es uno de los más conocidos, sin pintadas o carteles que manchen su presencia. También son numerosas las imágenes religiosas que se ven al lado de las carreteras al entrar o salir de los pueblos, todas ellas bien cuidadadas y decoradas.


¿Cómo es Moravia del Sur?

En los tres meses que tuve la oportunidad de ser un habitante de su capital, me quedaron pocos días por conocer el entorno provincial, con un par de viajes a localidades de la zona.

Para ir a una de ellas, seguí la referencia que me fue señalada por Toni Palmer, periodista que dirigía entonces (mayo de 2010) la revista "Plaza Mayor" en Medinaceli, quien en su trabajo anterior como corresponsal, había tenido la oportunidad de entrevistar a Alexander Dubček en el pueblo de Hodonin, justo en la frontera que se estableció como separación de las repúblicas checa y eslovaca, a unos 60 km al sureste de Brno.

Hodonin no es un pueblo turístico, sino agrícola, industrial y comercial; de 26.000 habitantes.

El autobús cruzó zonas agrícolas, mayoritariamente llanas. Campos de cereales verdes, algunas viñas y tractores trabajando o transportando materiales. Eso me hizo compararlo con La Mancha, pues el paisaje me resultaba parecido, casi familiar. Solo me faltaba divisar un molino de viento, o un cartel de "Ruta de El Quijote". Tal cartel no pude verlo, pero cuando el autobús giró a la derecha para entrar en una parada en el pueblo mayor del recorrido: Klobouky, ¡allí tenia en lo alto las aspas de un molino de viento!.

La impresión que recibí acerca de la gente que subía y bajaba del autobús de línea era muy favorable, comparada con la que podemos vivir en nuestras latitudes: la frecuencia de los autobuses interurbanos era grande, y los niños los usaban para ir a la escuela, la gente iba de compras o de visitas familiares o en grupos de amigos. La parada era como un punto de reunión, haciendo innecesario tener automóvil privado para relacionarse con los demás pueblos de la comarca. Por otro lado, el aspecto exterior de los edificios de los pueblos reflejaba una calidad de vida que coloca a nuestras atrasadas regiones en un cierto tercermundismo: las casas, generalmente de uno o dos pisos,con sus paneles solares, con instalaciones de servicios de comunicación actuales, siempre con un bello jardín a la puerta. Allí no hay despoblación rural, sino continuidad de una ciudad a otra, con pueblos en el recorrido que no desmerecen en su aspecto.

En la carretera que llega a Hodonin, al lado izquierdo, vemos una larga fila de pequeños huertos entre la carretera y los árboles. Como los huertos que vemos al llegar a Almazán, pasando el puente sobre la antigua estación de tres de Almazán-Dehesa, pero todos colocados en fila.

Habré de volver, quizá en los días de celebración del "Ignis Brunensis", con  de ferias de atracciones, de fuegos artificiales en la ciudad y en la represa de Brno; para entremezclarme con la mayor concentración de gente joven en la que me he visto envuelto en muchos años. Mientras, a Brno  a Moravia y al país de los checos, corazón de Europa, los echaré de menos.