domingo, 22 de abril de 2007

¿Cómo marcha la obra del Alto del Castillo?


El 10 de agosto se iniciaron en el Alto del Castillo obras para la construcción de dos miradores y restauración del espacio público allí existente. Vamos viendo lo que se lleva a cabo: unas paredes de piedra, un mirador de hormigón sin resguardo alguno, un camino de bajada con una empalizada, y ahora la plantación de varios árboles ¿A nadie se le había ocurrido plantar árboles en el Castillo?. El pasado año acabaron de secarse los del último intento, y hace ya unos cuantos años estropearon toda la ladera, que antes era lisa, plantando pinos que no llegaron a crecer. Debe ser una manía que a alguien le da cíclicamente: plantar y no conservarlos ni cuidarlos. Pero en algo habrá que gastar los 114.000 euros del presupuesto.

Nuevo libro de nuestra tierra:


Narbaiza, en su habitual colaboración en "Diario de Soria", nos presenta un nuevo libro que publica este paisano gallarón. Entresaco de esa crónica los párrafos que ayudan a conocer al autor y a su obra:

Julio Lázaro de Miguel ha publicado un libro titulado “Memorias Poéticas”, en cuya portada aparece tocado con su sempiterna boina, así como el camino que lleva a su pueblo, Pinilla del Olmo, y al fondo, la torre de la iglesia y una nave con tejado de uralita. A los noventa años, Julio Lázaro presentó su libro en ese Casino de la Amistad donde ejerció durante veinte años como conserje. Desde la composición amatoria a Bene, su mujer, escrita en el 1944, ha llovido mucho. Luego, Julio pasa y versifica por diversos temas que van desde las fiestas y pueblos hospitalarios como Romanillos o Villasayas, al ambulatorio sur, sin omitir páginas para ciscarse en los políticos a los que no vota...

En el prólogo del libro, J. Narbaiza cuenta que Julio es ya el último de los alumnos de la fila de arriba que aparecen en el retrato del curso 1929- 1930, en torno al maestro, abuelo del "prologuista". Julio, en la foto, llevaba reloj con cadenilla, y sabía ya que se le acababa el tiempo de escolante y empezaba el momento de la verdad. A partir de ahí, se hizo mozo, vino la República y luego la guerra, y escaqueándose como pudo de pegar tiros en el frente, pasó el hombre la peripecia bélica repartiendo pan entre los soldados, hasta que llegó la paz y la escasez. Cuando la estampida del campo, Julio dejó el arado romano y recaló en la capital, y al poco desarrollaba con diligencia su cometido como empleado del casino. Soria, destino final, ha ocupado tiempo e inspiraciones en sus cuarenta últimos años.

Nota añadida: Don Julio Lázaro falleció en noviembre de 2011. http://www.pinilladelolmo.com/2011_11-6.htm