domingo, 30 de marzo de 2014

Tercer viaje al mercado del martes.


Tercer viaje: 25 de marzo de 2014.


Imágenes de Google. 

No hay dos sin tres, o cuatro, cinco, seis... El viaje en el transporte a la demanda de los martes cubre los pueblos de siempre, pero en cada uno de ellos se viaja con personas diferentes y pueden surgir anécdotas nuevas. Las cuento para quienes no pueden permitirse estos lujos de ir y volver sentados al mercado de Almazán un martes. Quien va conduciendo su auto se pierde lo que uno se entera yendo de pasajero.

Un martes de la primavera de 2014 llega a las 9:30 a Baraona el microbús de este servicio con el conductor y una pareja desde Alpanseque, a las que nos unimos tres pasajeros, añadiéndose uno en Villasayas y dos en Fuentegelmes. Los conductores de la ida y la vuelta fueron los mismos que en el viaje de noviembre. Su insistencia en la colocación de los cinturones y su ofrecimiento a colocarlo ellos mismos si los pasajeros tenían dificultad hace pensar que estas normativas de seguridad están siendo escrupulosamente cumplidas. Los "civiles" no van a poder multar con 50 euros a quien no lo lleve puesto. Es la amenaza sancionadora que se nos comunica.

Si el vehículo es más nuevo o viejo o más destartalado, se nota en el ruido de traqueteo en la carretera de entrada y salida a Fuentegelmes que bien merecería un arreglo de sus baches.



Carretera a Fuentegelmes



Fuente  en Villasayas

Al salir de Villasayas hacia Fuentegelmes llama la atención la nave de gorrinos donde había personas trabajando en su ampliación. En realidad haciéndola doble de grande, aunque su tamaño ya era bastante respetable. Parece que la actividad funciona.

Entrando a Fuentegelmes nos sorprende otro tipo de ganado, que no es tradicional pero que tampoco nos resulta ya extraño en estas tierras: dos avestruces en un cercado.

En Fuentegelmes suben dos hombres mayores. Según palabras de uno de ellos, entraban "el gordo y el flaco". Lo primero que hacen es preguntar a uno de los pasajeros de Baraona por su salud. Ha estado unos días en el hospital por unos mareos, y le dijeron que se habían enterado el día anterior, cuando en Fuentegelmes tuvieron que enterrar a otro habitante que falleció y vecinos de varios pueblos acudieron al entierro. Se comentó que hacía mucho frío, especialmente sentido dada la lejanía del cementerio.

Uno de los que entraron al medio de transporte llevaba el carrito de la compra. El otro iba especialmente al médico, por lo que el conductor le dejó justo en la puerta del centro de salud de Almazán, cerquita de la estación de autobuses. 

Comentaron la "bendición" que para estas gentes mayores de los pueblos supone tener un transporte que les lleve al médico un día a la semana. ¿Ésto lo entenderán los que protestan en otros lugares porque les han cerrado el ambulatorio al lado de su casa, y además disponen de autobuses diarios para viajar a las capitales o centros importantes? Pero esto no es Cataluña ¡es Soria!, donde te llaman la atención si comentas que habría que pedir más beneficios sociales para nuestros ancianos habitantes.

Si han llamado desde Lodares, también se entra en esta pequeña localidad, donde suelen subir dos mujeres con sus carritos. El autobús para junto a la iglesia, con una torre en la que ya no vemos campanas y dos columnas soportando el tejadillo del pórtico, una de piedra y otra de madera. Me puedo bajar a hacer la foto que ahora muestro.

Lodares del Monte

Al cruzar la antigua vía del tren en Almazán, poco antes del cruce del polígono industrial, me dí cuenta que se han ampliado los huertos a la izquierda de la carretera en el sentido hacia Almazán. Se ha debido quedar pequeña la superficie destinada a huertos y ahora los están ampliando a lo largo de la vía que ya no se usa. Es un sitio donde tienen el agua disponible; lo único que nos preguntamos es por qué hay que poner poligono industrial en la tierra más fértil y de regadío, cuando hay terrenos de sobra en zonas menos productivas.

El pasajero de Villasayas había aprovechado parte del tiempo de dos horas y media que se está en Almazán para cortarse el pelo, lo cual le daba cierta elegancia al compararlo con la ida. El de Alpanseque bromeó: "además de que el Marianín te ha cortado el pelo, te podía también haber cambiado la visera". Al dejarlo en Villasayas se habló de que ya a todos nos va fallando la vista según va transcurriendo la edad, y recordaron cómo la furgoneta de las setas de Jodra lo había recogido un día de lluvia en la carretera y transportado con su moto, sobre la que durante tantos años lo hemos visto desplazándose a Baraona y a Almazán. Se le había quedado parada. 

El día fue gélido. En el mercado de Almazán había menos puestos que en otras ocasiones, porque como comentaba un comerciante, no había venta en los días tan fríos. El fuerte viento anunciaba la nieve que cayó por la tarde, viento que no se sentía en la comodidad del asiento más que en los vaivenes que daba el microbús y en el ágil movimiento de las aspas de los aerogeneradores de los parques de Ontalvilla y Villasayas.
Aún cuando la vista falla, los años pasan y se desfiguran las caras, queda el oido. Me sorprendió el pasajero de Alpanseque, que iba en el asiento delantero al mío cuando dijo: "Ahora te he conocido por la voz, tú eres del Ángel, con el que estuve haciendo las paredes en las carrascas". Me estaba hablando de que estuvo trabajando con mi padre haciendo una pared, hace 55 años...