miércoles, 2 de febrero de 2011

Referencias comarcales

Tarancueña es el pueblo en el extremo Oeste del área de protección que se denomina "ZEPA Altos de Barahona"

Lleva razón esto que está escrito en la web de Tarancueña:

"Por alguna razón que se nos escapa, la gente tiende a pensar que Soria está más lejos de lo que está (excepción hecha, claro es, de los propios sorianos)....

En realidad, Soria es una provincia muy céntrica. Sonará a pitorreo, pero lo cierto es que sólo dista de Madrid 31,5 kilómetros, justo los que hay en línea recta desde el pico Tres Provincias, ápice septentrional de la madrileña, hasta la sierra de Pela, límite suroccidental de la soriana. ..."




El día 17 de febrero los hermanos García de Andrés, Paulino e Inocencio, presentaron en Madrid un libro histórico sobre el pueblo de Taracena, escrito por este último. Durante el acto se habló de la Historia de Tarancueña, de su unión histórica con Caracena, con Tiermes y ahora con Retortillo; y también se habló mucho de Castilla y del Obispado de Sigüenza que cubría el Sur de Soria y parte de Segovia.

Estas pertenencias históricas de muchos siglos parecen olvidadas hoy en día por ciertos medios, y no son enseñadas en las escuelas. Sin embargo son la base histórica real de nuestra existencia y forma de ser, la que nos relaciona con comarcas vecinas y con la Castilla sin límites.

Apunto como curioso el ambiente que se ve y se oye en los actos culturales que se celebran por sorianos y guadalajareños en Madrid. En ellas solo se escribe Castilla sin apellidos, sin recortes y sin fronteras; la que ignoran o pretenden ignorar quienes basan su poder en dividirnos. También podéis notar ese mismo tono en los blogs a los que enlazo.

Nunca me ha gustado, y me sigue sin gustar, la adaptación de las sedes episcopales a la división política que rige en un momento concreto. No sé en qué intentarían mejorar su labor apostólica los que decidieron hace no muchas décadas dividirlas en función de los límites provinciales. En el caso de Sigüenza significará progresivamente el movimiento de la diócesis hacia la capital. Tampoco veo en qué se ha ganado que la división regional deportiva soriana se haya cambiado de a Aragón a la zona autonómica de León y parte de Castilla la Vieja. Lo único que se percibe es una centralización absoluta y progresiva de todo en Valladolid o en Toledo, en las sedes centrales de estas autonomías impuestas por los grandes poderes periféricos y quizás resignadamente aceptadas. Todo se centraliza, dejando a los territorios distantes cada vez más olvidados y deshabitados, allá en su frontera.

En nuestra zona del sur soriano, junto a los habitantes de la Guadalajara norte ni tenemos fronteras ni las queremos, sino solo lindes que son líneas de unión entre nuestros pueblos, comarcas y provincias. Me consta que ocurre algo parecido entre las tierras de Ágreda y las de Tarazona; entre las de Cameros y las sorianas del otro lado de la sierra; entre la zona de Pinares y la de Neila.

Tenemos además otras comarcas tradicionales que se superponen entre sí y que generalmente no cuadran con lo que son las actuales divisiones administrativas provinciales o regionales. El Ducado de Medinaceli, la Tierra/Marquesado de Berlanga, el Señorío/Marquesado/Sesmo de Caracena, la tierra de Atienza, el Obispado de Sigüenza, la comarca de Ayllón, etc. Pero falta que vuelvan a renacer sus núcleos centrales, que funcionen a modo de pequeñas capitales de estas comarcas. Eso es lo que debiera ocurrir para una mejor distribución de los habitantes, pero por ahora no van por ahí los tiros.

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